jueves, 13 de junio de 2013

Mixtape #3 Puro Rock Nacional

Viví el rock mexicano desde los ochentas hasta los noventas, cuando me desencanté, y lo retomé hace poco. Este grupo de canciones son las que, para mí, fueron dictando rumbos, cambiando la forma de hacer rock en México. Están en desorden, pero lo importante es palparlas. Cabe aclarar que, la mayoría, no acaparaba el Hit Parade.


1 No hay nada eterno – Neón
Frescura. La frontera entre la época de los hoyos funkis y la madurez. Cuando comenzaba la esperanza. Totalmente atemporal. Antes de la invasión sudamericana y española, en México ya sabíamos hacer rock con elegancia y potencia. Tiene tantas dedicatorias.

2 Te estoy mirando – Caifanes
Los conciertos de Caifanes, cuando eran cuatro, olían a loción Fahrenheit, gel, sudor y delineador Max Factor. Antes de perder la integridad con Células que Estorban, Caifanes era una banda distinta, con muchas influencias, pero con una identidad marcada. Una de las mejores letras de obsesión. 

3 En el viejo parque – Crista Galli
Cuando teníamos el grupo Crack AC, con mi Xabi (bajo) y mi Alex (guitarra y voz), seguíamos a esta banda a cualquier lugar que tocara, sobre todo en el mítico El Antro, al sur. Ya nos ubicaban como fans from hell, pero era un grupo que alcanzaba los límites: potentes, melódicos, oscuros. El bajeo y la batería de esta canción deberían ser considerados por la Unesco.

4 La iguana – Fobia
Una letra loquísima, de amor y obsesión, que solamente podía parir el zar del surrealismo mágico, Paco Huidobro. Alucinante, peligrosa y desquiciante. Era la manera de decir que en el sur estábamos vivos. Soundtrack de escapadas en el vocho con caguamas entre las piernas, encontrándonos, buscando el amor en el Callejón del Aguacate, vía las historias de terror. Porque el verdadero fan de Fobia se saltó El Microbito.

5 A veces – Pedro y las Tortugas
Referencia oscura. Quizás la banda ochentera más entrañable, con historia trágica, pero un legado asombroso, de vanguardia: guitarra (Juan Tortuga), bajo (Poncho “Tortuga” Elizarrarás / qepd), teclados (Pedro) y una caja de ritmos. Una lírica budista, con millones de personas viviendo dentro de nosotros. Universos paralelos y la lágrima.

6 Botellas de mar – Real de Catorce
Hoy, José Cruz es mi amigo, y sería injusto hablar bien de esta rola. No obstante, quizás los catorces sean la banda de la historia del rock mexicano. Rescatando una lírica surrealista, cobijándola con violín y un tinte arrabalero. Nadie más grande.

7 Aparecida – Las Ánimas del 4º. Oscuro
Cuando en México The Cure era la referencia, Las Ánimas fueron más allá de encresparse el cabello. Previendo el estallido oscuro y alternativo de los noventas, Toño Sánchez configuró esta maravilla. Inconseguible.

8 Nos queremos morir (o ¿Qué queda de un rinoceronte después de haber sido enternecido?) – Santa Sabina
Ni idea de por qué esta rola entró hasta el segundo disco, además que el productor Adrian Belew la echó a perder. Lamentablemente, el demo está extraviado, pero en él podía palparse la fuerza real de Santa Sabina, y el tamaño de músicos que son.

9 Tonight – Size
Illy Bleeding era el epítome del punk de cepa. La banda alcanzó niveles con estética y sonido undergound que pudo haber sido parido por las cloacas neoyorkinas o el miasma londinense. Menos de dos minutos de gloria para el que sabe apreciar el rock directo a la cabeza.

10 Corazón negro – La Concepción de la Luna
Muy por debajo del asfalto, se gestaba una escena electrónica de mucha categoría, que nada tenía que envidiar al sello Cleopatra. “La Concha” golpeaba a la mandíbula.
 
11 Al borde – Portent
No es porque yo haya colaborado con este combo cyberpunk, pero, como la dirección corría a cargo de Zain Darek, hermano del alma, conviene darle el crédito. Muy en la vena de Skinny Puppy, cyber-dark a tope. Texturas rasposas y una lírica netamente apocalíptica.




















@Btxo

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